Redacción. Laredo (Santander)
Ana Rosa Alconero, profesora de Enfermería de la Universidad de Cantabria, ha dirigido el curso de verano ‘Práctica de Enfermería en personas con alteraciones cardiovasculares”, que se ha desarrollado en Laredo, destinado a profesionales y estudiantes de Enfermería, que se han reunido para conocer las diferentes técnicas de prevención y tratamiento de las patologías cardiovasculares. Durante la jornada, Alconero ha enseñado a sus alumnos a identificar la sintomatología propia de los infartos de miocardio en hombres y mujeres. Según ha explicado, los hombres han sido los que tradicionalmente han supuesto el objeto de estudio en las investigaciones científicas, pero proyectos más actuales han demostrado que la sintomatología no es igual para todos, y que varía especialmente en el caso de las mujeres.
Ana Rosa Alconero, profesora de Enfermería de la Universidad
de Cantabria.
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“Cuando alguien sufre un infarto, se supone que el dolor comienza en la región torácica y se irradia a la extremidad superior izquierda, acompañado de sudoración y nauseas. Sin embargo, en el caso de las mujeres el dolor comienza a centralizarse en el cuello, mandíbula y espalda, especialmente entre las dos escápulas”, ha explicado. Por este motivo es necesario que el personal sanitario actualice sus conocimientos sobre esta sintomatología, y sea capaz de distinguir un infarto de miocardio aunque el paciente no llegue al hospital con los síntomas tradicionalmente estudiados. Además, los asistentes al curso han aprendido a leer un electrocardiograma de manera rápida y eficaz.
“Es imprescindible modificar las malas conductas”
En cuanto a la población, Alconero ha comentado que “cada vez conoce más los factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo, la vida sedentaria, los malos hábitos alimentarios o el estrés, pero también es imprescindible que modifique las malas conductas”.
Alconero ha celebrado la disminución de la tasa de mortalidad por enfermedades de este tipo, sin embargo, ha señalado que queda mucho por hacer en materia de prevención e información. Así, algunas personas se amparan en motivos económicos o sociales para mantener hábitos poco saludables. Por eso, esta enfermera se ha mostrado partidaria de inculcar un estilo de vida saludable desde edades tempranas, ya que solo así se vivirá como algo natural y no como una conducta repleta de privaciones. “La educación en prevención es fundamental, y debería enseñarse desde la escuela, porque el núcleo de la familia es muy importante, pero el de los educadores, también”, ha manifestado la profesora de Enfermería, tras recordar que factores como la obesidad, el colesterol o el sedentarismo están a la orden del día entre la población infantil.
En cuanto a otros factores de carácter hereditario que son enfermedades en sí mismas pero que también constituyen un riesgo de enfermedad cardiovascular, como la hipertensión o la diabetes, Alconero tampoco ha admitido excusas: “Son más difíciles de evitar, pero también se pueden controlar”, para lo que también ha recomendado el seguimiento de un estilo de vida saludable. De igual modo, Alconero ha señalado la importante labor de las campañas informativas, que provocan una gran sensibilización entre la población, aunque ha señalado que a menudo se trata de una “atención pasajera” que llena las Urgencias las semanas sucesivas a la campaña, pero que al cabo del tiempo “termina relajándose”.
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